Cansadísima y sin un duro

Salí a tomar una caña al bar de al lado de casa y terminé bailando como una posesa en Joy Eslava. Yo no sé si mi cara tiene algo especial que inspira confianza, si la gente está muy sola o si lleva un post-it en la frente que dice "Cuéntame tus penas", pero ultimamente a todos los chicos les da por confesarme, entre J&B y J&B, lo desolados que se quedaron cuando murió su padre. A mí que esas cosas me dan mucha pena porque soy un poco madre, se me desencaja la cara y el alma y contra eso ya no hay nada que hacer. Anoche hubo más: la de la limpieza me estuvo contando lo explotada que está y yo me pregunto: ¿Por qué a mí y no a las otras quinientas que estaban poblando el baño en ese instante? No es que me moleste, me gusta mucho hablar con la gente, pero cuando vas toda enmoñada queda como raro que las personas te cuenten sus desgracias.

Ahora estoy fatal: no he dormido nada de nada y encima me he presentado en la churreria de mi barrio a las 9 de la mañana: piensan que soy una desfasada. Me voy a la peluquería, a ver si me hacen nueva.

Feliz viernes.

Di.

P.D. Resulta que intentando cambiar el blog no sé que coño he hecho que me salen esos colores. Parece una sucursal de puticlub de carretera.