miércoles, 30 de mayo de 2007

Jefas no, gracias

Mi jefa preparándose para su ascenso

Hace algún tiempo escribí en el blog que no quiero que las mujeres accedan a puestos de poder. Esta afirmación tan arriesgada viene de mi experiencia y es que otra cosa no me habrá dado la vida, pero conocimiento sobre las féminas y sus estrategias de arpías, todo el del mundo. Supongo que haberme educado en un colegio presidido, dirigido y frecuentado por mujeres ha tenido mucho que ver. También pertenecer a una familia mayoritariamente femenina y haber estudiado carreras de ésas que denominan "de chicas". Desde mi punto de vista, el gran error de la mujer de hoy en día es tratar de igualarse al hombre copiando sus defectos en vez de sus virtudes. Esto hace que se conviertan en seres deleznables a medio camino entre la nada y el todo.
Ultimamente mi misoginia está creciendo de una forma tan veloz que podría llegar a superar a esa persona misantropa-filantropa que hay en mí. Creo que si me apetece escupir a mi jefa cada vez que la veo, la culpa es definitivamente suya, porque es la primera vez en la vida que me sucede.Por lo que estoy viendo, los hombres como jefes aprenden a potenciar lo mejor de sus empleados, sin embargo las mujeres como jefas, aprenden a machacarlo mientras ven con alegría como se esfuma por debajo de la puerta (eso si se trata de súbditas femeninas, si son varones -y sobre todo varones de buen ver- se contentarán con intentar rozarse con ellos cada vez que la ocasión lo requiera)
En ocasiones como ésta es cuando me averguenzo un poquitín de pertenecer a mi género y rompo una lanza (pequeña, tampoco vamos a pasarnos) a favor del género masculino.

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4 Comments:

Anonymous Anónimo said...

OOOOOOOOOOOOLÉEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEEE!!!!!

6:20 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

Me fastidia darte la razón, porque parecería que es tirar piedras contra mi (nuestro) propio tejado, pero es que la tienes.
Yo me eduqué en un colegio de "sólo chicas", en casa éramos cuatro hermanas, trabajo rodeada de mujeres, he tenido varias jefas, de esas que cuando eran sustituidas decía, otra vendrá que buena me hará, porque a medida que se ascendía en el escalafón laboral también se ascendía en mala leche y en malos modos. Por mi parte yo también he sido jefa, exactamente igual de gilipollas que las anteriores. Como bien dices parecería que la liberación femenina pasa por copiar y repetir hasta la sociedad los comportamientos típicamente masculinos de agresividad y competencia sin tregua.

P.D. No es Santa María del Naranco. Es Santa Cristina de Lena.

10:45 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¿De qué color es el caballo blanco de Santiago?

10:25 a. m.  
Blogger A.J.River said...

Debería existir un censor de jefas, lo digo por experiencia...

12:21 p. m.  

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