domingo, 11 de febrero de 2007

Nostalgia


Hoy quiero estar triste. Quiero estar triste porque lo necesito; quiero estar triste porque me apetece disfrutar de mi tristeza. Quiero estar triste porque me gusta sentir, porque he de cruzar por unas horas esa barrera que me contiene en un optimismo rociado de sarcasmo e ironía. Quiero estar triste porque es domingo, porque llueve y veo el agua resbalar en la ventana, porque mi reflejo se desdibuja y me mira con una intensidad inquietante.Quiero estar triste porque echo de menos a mi yayi, porque echo de menos a mi gata, porque echo de menos, a secas. Porque echo de menos aquellos veranos de sal y peché; porque echo de menos aquellos inviernos de incertidumbre e ilusión; porque me echo de menos a mí misma.


Hoy quiero llorar porque el tiempo pasa. Time goes by y yo siempre he sido una vividora. El tiempo pasa y me mira de reojo el muy cabrón; me mira y me hace un guiño de advertencia. Ayer C me dio la invitación de su boda. Hace diez años mirábamos la lluvia resbalar por los cristales del aula mientras la profesora de literatura leía un poema de Lope de Vega. Un poema de amor renacentista, bello e idealista. Hace apenas diez años éramos sólo un matojo de sueños. C los materializa, yo sigo huyendo de los míos.


Los estigmas de Madrid cada vez se hacen más insoportables para mi corazón evocador. Anoche mientras volvía a caminar sola por la calle del Buen Suceso dolía. Dolía tanto que no podía soportarlo. Me dolía aquella conversación que tuve con MJ sobre mi futuro hace ya cuatro años en Muralto. Me dolían aquellas cartas que escribía a H y corría a enviar a correos llena de esperanza. Dolían mis compañeras de clase y aquellos momentos de liberación cuando caía la noche y nos tomábamos una caña. Me dolía sobre todo JM y aquellas tardes de atardeceres en Debod y Dan'up de fresa y platano. Dolía toda la gente que ya no está, toda la gente que ya no está. Mirando a mis amigas mientras cenábamos entendí que todo ha cambiado. Mirando una botella de vino de repente comprendí muchas cosas. Comprendí que hemos crecido. Que hemos crecido y yo sigo en mi papel de niñata.


Gracias Diana, por ser así de capulla.


Etiquetas: ,