miércoles, 31 de enero de 2007

Paciencia

Paciencia. Me piden paciencia. Una cualidad por la que desde luego no me caracterizo. Paciencia para hoy, paciencia para mañana.
Días raros, esperando. Esperando el resultado del proceso de selección (nunca me ha gustado que alguien decida si eres bueno o eres mierda), esperando la nota del examen del CAP (ése ya digo yo que es mierda), esperando que la fuerza me acompañe para acabar de una vez la memoria de las prácticas (tan soporífera como escuchar hablar a Francisco Umbral) Esperando que otros decidan el nuevo rumbo de mi vida al final y al cabo. Ahora entiendo por qué dice el refrán que el que espera, desespera.
Al final me decidí a echar la beca del MAE. Dudé, dije que sí; dudé, dije que no. He preferido optar por la opción que dice que hay que evitar arrepentirse de cosas que no hacemos. Destino: Kiev, Ucrania. La verdad es que aunque ahora estoy más o menos bien en Madrid, creo que si me la concedieran sería un puntazo; un puntazo poder volver a coger el petate y sentir incertidumbre en el estomago. Sí, sin duda sería un puntazo.
Santa Sofia de Kiev. Desde que estudiamos esa copia de Santa Sofia de Constantinopla, he sentido atracción por ese lugar. Me gustaría mucho verlo. La verdad es que el fin de semana que fuimos a Praga me quedé con las ganas de ir Kiev, tengo muchísima curiosidad. ¿Será por mi atracción fatal hacia Rusia y su evidente cercanía? No lo sé, pero si consigo vivir allí que tiemble el este, que lo voy a peinar. Será que siempre que pienso en la zona este me vienen a la cabeza muchas personas que han sido más o menos influyentes en mi pasado. Me acuerdo de José María y me pregunto que sería de él ¿seguirá con Natasha en Moscú?. Me acuerdo de Mantas y de su amigo el hiperactivo ¿habrán podido volver a casa? Me acuerdo de Neil y del día que le conocí en Cracovia y me relató paso a paso su visita a Vilnius. Me acuerdo también mucho de mis polaquillos, sobre todo de Aga y nuestras moñas y de Maciek y su mirada miope.
El mundo es muy grande. Yo no quiero una hipoteca. Yo no quiero un trabajo serio. Yo ni siquiera sé si quiero una familia. Dejad de atarme, coño. Dejad de intentar que sea como vosotros, que viva como vosotros, que piense como vosotros.
Dejad de intentar tatuar vuestras frustaciones en mí. Yo no soy vosotros.

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2 Comments:

Anonymous Anónimo said...

¡bravo! (fosi)

12:36 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

ninguno lo queremos y ninguno somos como ellos... pero todos caemos ainsss

Un besoooo y suerte y gracias por ser asi :D

11:03 a. m.  

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