jueves, 8 de febrero de 2007

Escritura semiautomática

Ayer, 7 de Febrero, cerré una puerta y abrí una ventana. La puerta en realidad hacía muchísimo tiempo que estaba entornada y ,aunque hace mucho tuviera la sensación de que algún día volvería a abrirse, desde que me fui a Polonia era consciente de que tenía que darle el taconazo final. Ayer se lo di, por fin se lo di, aunque tal vez me pareciese menos contundente porque llevaba puestas las zapatillas de andar por casa, pero no por ello menos efectivo.
Estoy escuchando a Vivaldi. Vivaldi transmite; no sé qué, pero transmite. Hace un año también escuchaba a Vivaldi, tengo que pensar que es lo que me conduce a escuchar a Vivaldi en febrero y sólo en febrero. También he recaido en cuanto a mi adicción a la coca-cola. Me hace mucha gracia constatar que sólo la supero en los breves periodos que paso fuera de España...más que superarla la cambio de lugar, porque es entonces cuando me hago adicta a la cerveza.¿Cerveza o coca-cola? Gran dilema, creo que esto me convierte en una persona de excesos. Escribo desordenadamente porque intento no luchar por dar coherencia a mis ideas, intento dejarme llevar por Vivaldi, dejarme llevar por la coca-cola y también por el propio capricho de mis dedos. Ultimamente mi pasado vuelve mucho a mi vida. Aunque sigo luchando por mantener muy vivo el optimismo que pinta mi vida, la nostalgia intenta deslucirlo todo, pero yo soy más fuerte, sí, soy más fuerte. En esos momentos me acuerdo mucho de las conversaciones que tenía con J en aquellos tediosos momentos de oficina. Me acuerdo mucho de que hay un mundo esperandome y me acuerdo mucho de que una vez, a base de proponérmelo, conseguí creer en mí. El otro día estuve viendo unos videos de mi bienamada Irlanda. Es curioso como se descolocan los pensamientos y las sensaciones según vamos creciendo. No tengo claro que ahora mismo pudiera volver a vivir allí, aún recuerdo la ansiedad que me provocaba vivir en una isla. No deja de ser curioso que nuestro cerebro esté lleno de estereotipos y conceptos absurdos que le hemos metido o le han metido por los siglos de los siglos ¿qué diferencia tengo en la península? si no salgo de aquí, coño.Mi hermana me interrumpe ahora. Me gusta tener hermanas. Regalo de la vida, incluso cuando son pesadas y quiero asesinarlas, supongo que en eso consiste. Sí, en eso consiste, aguantarme a mí por las mañanas tiene mucho mérito, así que no me voy a poner a arrimar el ascua a mi sardina.No sé que mierdas estoy escribiendo, perdido el rumbo del escrito he. Me recuerda a una carta que recibí una vez. Venía acompañada de un texto de Lolita y de otro texto de Oscar Wilde, me gusta Wilde, no sé por qué apenas leo nada suyo. Tampoco sé por qué apenas leo nada ahora. La verdad es que hay veces en la vida que merecemos llamarnos gilipollas a nosotros mismos, así podremos asumir con normalidad que los demás lo hagan posteriormente...y si lo hicieran, tendrían razón.
Un beso, de vaca.

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1 Comments:

Blogger night flight to Malta... said...

No te lo vas a creer, me ha gustado
No me veas como un edulcorante (hoy)
¿puedo llamarte Di?
Un beso Di

3:30 a. m.  

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