martes, 13 de enero de 2009

Desnuda







Ya 28 añazos. Sigo midiendo 1,66 m y pesando taitantos kilos (más tantos que tai).

Sigo sin apuntarme a un curso de Tai-chi ni de Tai-cho.
Chocolate, ¿acabará con mi higado este año?

¿O será la cerveza?

Mi propósito para este año es no tener ningún proposito.
Cuando tenía 17, conocía a un chico al que llamaban Sito ¿qué habrá sido de él?
Por aquel entonces también era fan de Gloria Fuertes y odiaba la cerveza.
¿Qué habrá sido de ella? -de Gloria, no de la cerveza-.
Ultimamente me ha dado por pensar mucho en dios. No entiendo por qué, ni siquiera sé si existe -supongo que por eso-.
¿Será un signo de vejez o de debilidad?
Cuando iba a Alicante a ver a H siempre escuchábamos algo de The Delgados.
Por aquel entonces yo perseguía con todas mis fuerzas la delgadez extrema, pero siempre había un plato de oreja a la plancha que interfería entre nosotras dos.

Sigo detestando que me coman la oreja, pero cada vez me estoy volviendo más de pueblo -como las amapolas-.

El color rojo me sienta fatal, esto desmonta todas las teorías sobre los colores que les pegan a las morenas, claro, que yo no soy morena ¿qué soy yo?
¿Quién sois vosotros?

Echo de menos a un montón de gente, a demasiada. A veces echo de menos incluso a gente que aún no he conocido.

Río por no llorar.

En la vida me gustan tres cosas: hacer reír, viajar y la paz interior.
No entiendo para que he nacido. Tampoco es que entienda para qué habéis nacido vosotros.

Creo que a mis padres les pondría tristes leer esto, por eso tal vez nunca sea una mamá.


Tal vez hayan sido muchos los días en que tras pinchar "Nueva entrada" acabé bajando la mirada ante esta maldita pantallita en blanco de mirada acusadora. Muchas las semanas en que la vergüenza y la pena han combatido para anegarme por completo... y diría que casi lo consiguieron. Muchas, demasiadas, suficientes.

Ni la magia de la vida, ni la magia de Estambul consiguieron sacarme esta vez. Cada vez entiendo menos y cada vez necesito entender más. Estoy anquilosada y lo noto. Perdonad por este absurdo ejercicio de escritura autómatica, pero tenía que volver y no sabía cómo. Tenía que volver a mi vida, esto al fin y al cabo es pura metáfora.

Gracias, por darme un punto de apoyo. Os dejo con Estambul, la ciudad que gime.

5 Comments:

Blogger Irene said...

Este comentario ha sido eliminado por el autor.

1:45 p. m.  
Blogger Irene said...

Aún estoy sorprendida... Te contaré algunas cosillas de mi:
mido 1'66, me encanta la cerveza, quizás ya ni tengo higado, me encantaba Gloria Fuertes y odiaba la cerveza, busco la delgadez extrema, detesto que me coman la oreja, el color rojo no me va, echo de menos a quien no conozco, río por no llorar, me encanta hacer reir, viajar, y la paz interior (aunque no la he enontrado, ni creo encontrarla), no entiendo porque estoy aqui, no entiendo nada, ni creo que lo entendere jamás...
Aún así vivamos, riamos por no llorar, riamos porque sí, sin más, mejor eso que estar triste. Las cosas salen mejor cuando una está alegre. Una vez vi el tiempo. Sólo una. Era tan, tan corto... Casi fugaz. Me dió pena pasarme tres quartos de ese tiempo cabizbaja. Vamos a ir con la cabeza bien alta, y que piensen lo que quieran.
Por cierto, me encanta leerte, sigue así.

Un abrazo desde cerquita de Barcelona

1:47 p. m.  
Blogger ernesto said...

Joder, qué ganas de comerte la oreja.

7:01 a. m.  
Blogger Cohete Sr said...

¿Que somos? Personalmente prefiero dar asco a ser pusilánime... ¿Quién dijo miedo? ¿Correctismo? a la mierda!!!
Espabilese y salga a comerse el mundo, COÑO YA!!!

7:28 p. m.  
Anonymous Anónimo said...

¡QUÉ BARULLO EN LA HERIDA!

"¡Qué barullo en la herida!...
¡Qué suerte si esto que siento fuera sed
y se me quitara bebiendo un vaso de agua!
Es entonces cuando llueve tristeza
para ahogar en mi boca
la palabra imposible.
Intento gritar,
y sólo consigo un cobarde silencio.

Una tarde al llegar a casa
me encontré con la sorpresa de quererte,
fue una bomba en mis manos.

Y yo, por si te hiere,
esperando a que explote estando sola
aunque me parta el pecho la locura."


Saoirse.. De pequeña pensaba que Gloria debía ser la persona más feliz del mundo.. luego descubrí que no siempre lo que creemos/ queremos es lo que tenemos.. Esta semana he tenido que recurrir a la terapia de las tortitas del vips, la mousse de chocolate, y las tabletas de 70% de cacao... no estas sola ni mucho menos. Me apunto a la oreja. Besos.

11:13 p. m.  

Publicar un comentario

<< Home